Danza comunitaria para una sociedad más inclusiva
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La configuración urbana no es neutra. Los espacios que habitamos priorizan el desarrollo de determinadas actividades y colectivos, marginando otros que a menudo quedan invisibilizados. Para conseguir una sociedad más justa hay que llevar a cabo un cambio de paradigma urbano de manera colectiva y empezar a construir una ciudad cuidadora, en la que la sostenibilidad de la vida se sitúe en el centro de las decisiones urbanas.
Además, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en los países desarrollados y el envejecimiento de la población está convirtiéndose en una de las transformaciones sociales del siglo XXI según la ONU, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad.
Por otra parte, el marco europeo de enseñanza universitaria, que ha vertido los estudios superiores al aprendizaje de campos especializados, a menudo demasiado desconectados de la realidad social o de posibles vínculos con otras disciplinas, se debe enfrentar a uno de sus grandes retos, ajustar la formación del alumnado para adaptarse con éxito al mundo al que se incorporarán profesionalmente, lo que conlleva cambios y una actitud de reto e innovación hacia la mejora del sistema.
En este sentido, el contexto socio urbanístico existente reclama nuevos enfoques para abordar las múltiples discriminaciones que se dan día a día en el uso tanto de espacios privados como colectivos. La sociedad actual debe promover la convivencia dentro de un modelo de CIUDAD INTEGRADORA que parte del derecho a la ciudad como principio de convivencia y corresponsabilidad del bien común.
El proyecto que aquí se presenta nace de la necesidad de adecuación de la ciudad para acoger las distintas necesidades de la población usuaria. La pandemia del COVID19 ha puesto de manifiesto más que nunca esta falta de adaptación de los entornos cotidianos, dificultando la calidad de vida de las personas, especialmente de las personas mayores que han sido la población más vulnerable en esta situación. El proyecto propone la construcción colaborativa de un catálogo de intervención para adaptar espacialmente el barrio de Nazaret a las necesidades de las personas mayores mediante el uso de una metodología innovadora que incorpora la percepción corporal y la danza comunitaria como método de aproximación a las necesidades de este colectivo. Para ello se recurre al modelo de innovación de las 4 hélices a través de una colaboración entre la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV, la Administración Pública, entidades de la sociedad civil y profesionales de distintos ámbitos para desarrollar un proyecto en 4 fases. Un primer diagnóstico participado, una segunda fase de análisis y reflexión espacial a través del cuerpo, una tercera fase de devolución creativa y una última de elaboración de resultados. Los resultados incluyen el mencionado catálogo de intervención, así como la elaboración de una Guía Metodológica de Intervención y Evaluación para la consecución de ciudades inclusivas, reproducible en múltiples contextos con el objetivo de contribuir a una sociedad más justa y equitativa.
Carla Sentieri (Escuela de Arquitectura, Universitat Politècnica de València
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Profesora e investigadora en la Escuela de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València, España. Es arquitecta, completó su formación en planificación urbana en el IUAV, Italia, y obtuvo su doctorado sobre vivienda en la UPV. Coordina el Grupo de Innovación Educativa del ICAPA.
Eva Raga (Fent Estudi)
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Arquitecta y socia fundadora de Fent Estudi, una cooperativa valenciana de arquitectura, urbanismo y participación ciudadana. Le apasionan las relaciones humanas y le encanta formar parte de proyectos creativos que ayuden a crear espacios y dinámicas que mejoren la vida de las personas.